viernes, 7 de septiembre de 2012

The quality rather than the quality.


Tendemos a evaluar la vida y el amor del mismo modo: ateniendo a su duración. Para la mayoría, cuanto más largos mejor. Pero una vida breve puede causar un impacto tan grande como duradera puede ser la impresión que deja un romance pasajero.
Al fin y al cabo, no es el tiempo que dedicamos sino cómo dedicamos nuestro tiempo lo que, en verdad, define nuestra historia.

El tiempo es un sastre especializado en arreglos.


Yo querría saber.

Solo porque tengas miedo de lo que te pueda decir, miedo al rechazo, no significa que debas desentenderte del asunto por completo.

Yo contra yo.


A menudo nos distrae de tal modo la guerra interna entre lo que deseamos hacer y lo que debemos hacer que pasamos por alto lo que necesitamos hacer. Necesitar no en el sentido de la obligación para con los demás, sino en el sentido de conservar uno la cordura. Llega un momento en el que lo que los demás opinan que deberíamos hacer entra en conflicto directo con lo que nuestra cabeza o nuestro corazón nos pide hacer, y es entonces cuando debemos decidir si nuestra prioridad es complacer a los demás o complacernos a nosotros mismos.
Aferrarte a alguien a sabiendas de que debes dejarle ir es una forma de aplazar lo inevitable para ellos y, también, para ti. Te permite posponer el llevar a cabo esa transición que estás a punto de imponer hasta que estás preparado. Al igual que cuando cancelas la visita de un huésped a quien hace tiempo deseabas ver, pero para la cual nunca tuviste ocasión de disponer lo necesario, se trata de la salida más conveniente y fácil... para ti.

Quien no arriesga no gana.

Como un kamikaze, hay ocasiones en que no queda más remedio que renunciar a la vida que conoces por un fin más noble. El precio puede ser muy elevado, para tu corazón, alma y reputación. El resultado puede merecer o no la pena, imposible saberlo, y en realidad es irrelevante. Porque lo que reconforta a uno, en definitiva, es tener la certeza de que hay cosas por las que merece la pena hacer un sacrificio.

miércoles, 5 de septiembre de 2012

Hoy es el primer día del resto de nuestra vida.


Hay quienes viven cada día como si del último de su vida se tratase. Los hay que contemplan el amor de modo similar, en un intento desesperado por eludir aquellos cambios, sean ínfimos o bien descomunales, que en todo momento se ciernen sobre cada uno de nuestros horizontes. Pero el sentimiento de apremio que surge de nuestro deseo de experimentar la vida y el amor al máximo puede precipitar la toma de decisiones, que no siempre resultan las más idóneas para quien las toma, ni para aquellos a quienes afectan, todo hay que decirlo. Es más, en ocasiones, enfrentarse a las consecuencias de las elecciones de casa uno puede resultar fatal, más incluso que la muerte. Tal vez solo se viva una vez, pero no siempre tiene uno por qué sentir esa vida como eterna.

lunes, 9 de abril de 2012

Lucas Ross.

Te quiero. Lo cual significa que no estoy contigo solo para lo bueno.
Estoy contigo pase lo que pase.

Hourglass.

-He estado apunto de llamar a una ambulancia. No serviría de nada, pero aquí tampoco puedo hacer nada por ti.
+Solo deseo tenerte cerca.
-Te quiero.
+Te qui...

The plece where I love you...











+¿Sabes quién es el chico de mi distrito? ¿Peeta? Creo que me ha salvado la vida, pero estaba con los profesionales.
-Ya no está con ellos. Los he espiado en su campamento, junto al lago. Regresaron antes de derrumbarse por el veneno, pero él no iba con ellos. Quizá te salvara de verdad y tuviera que huir.
+Si lo hizo, seguramente sería parte de la actuación. Ya sabes, para que la gente se crea que me quiere.
+Oh. A mí no me pareció una actuación.

Rue and Thresh.

ONCE DÍAS, DISTRITO ONCE.